Estamos a punto de culminar el año 2024, y las manecillas del reloj pronto marcarán el inicio de un nuevo 2025. Algo cada vez más común entre las personas es coincidir en lo rápido que se ha ido el año, y seguramente sucederá lo mismo con este 2025. Por eso, es fundamental planificar el próximo año con objetivos claros, alcanzables y bien definidos.

Es importante que no nos pongamos metas inalcanzables para este 2025. Siempre es mejor establecer objetivos en tres niveles: objetivos cortos, medios y altos. Los objetivos cortos son los más fáciles de alcanzar, pero también los que nos ayudan a construir el camino hacia los objetivos medios. Estos, a su vez, son los peldaños que nos llevarán a alcanzar las metas más altas. Una excelente forma de mantener nuestros objetivos vivos y presentes en nuestra mente es anotarlos. Escribirlos y colocarlos en un lugar visible o tenerlos a mano en nuestros dispositivos digitales puede marcar la diferencia. Planificar nuestro año con objetivos claros y tenerlos presentes nos ayudará a realizarlos.

Además, debemos pedirle a Dios que bendiga nuestros proyectos y nos ayude a lograrlos lo antes posible. No solo pondremos nuestra fe en él, sino también nuestro esfuerzo y trabajo para cumplir con nuestras metas.

Muchas veces no alcanzamos ni siquiera nuestros pequeños objetivos porque los olvidamos o nos desviamos de ellos al escuchar a otros: amigos, parientes o compañeros de trabajo que nos comparten sus proyectos e ideas. En ocasiones, esto nos lleva a querer adoptar objetivos ajenos, lo que puede hacernos perder el enfoque en nuestras propias metas. Por eso, es crucial mantenernos firmes y convencidos de nuestros objetivos.

Lo maravilloso de los objetivos pequeños es que nos ofrecen una gratificación rápida, ya que son los más fáciles de realizar. Pero, como mencioné antes, estos pequeños logros son los que nos impulsan hacia los objetivos medios, y estos, finalmente, hacia los grandes.

Proyecta con Dios de tu lado. Pídelo como guía, ora a él y establece tus objetivos: cortos, medios y largos. Si prefieres, llámalos fáciles, no tan fáciles y difíciles. O denomínalos proyectos bajos, medios y altos. Pon tu fe en ellos y no te desvíes. Verás cómo, de manera asombrosa, todos se van realizando. Este año apuesta por tus propios proyectos y objetivos. No dejes que nada ni nadie te aleje de ellos.

Haz tu carta de propósitos, escríbelos y tenlos presentes. Quizás, al finalizar el año, te des cuenta de que ya los has alcanzado todos y necesites escribir nuevos. De esta manera, lograrás un 2025 bendecido.

David Sebastián Arrighi
Psicólogo Social
Pastor Evangélico
Productor Musical Cristiano
Político Cristiano

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